Abstract
La importancia de la juventud, como actor estratégico, portador del cambio y sujeto
llamado a dirigir los destinos de la humanidad, se presentó por la Asamblea General de las
Naciones Unidas en diciembre de 1965 con la Declaración sobre el fomento entre la
juventud de los ideales de paz, respeto mutuo y comprensión entre los pueblos. Desde esta
declaración se hace un llamado a los gobiernos, a las organizaciones no gubernamentales
y a los movimientos de juventudes para que reconozcan los principios y aseguren el respeto
de los derechos de los jóvenes adoptando las medidas pertinentes. En tal virtud, en 1979,
en la Resolución 34/151, la Asamblea General designó 1985 como el Año Internacional
de la Juventud: Participación, Desarrollo, Paz, exhortando a volver la mirada a este grupo
poblacional, a los cuales alentó a tomar el rol de constructores de paz y generadores de
espacios para la convivencia pacífica.
Así mismo, durante la Conferencia de El Cairo de 1994, se presentó la Declaración de los
Jóvenes, en la cual se les reconoce como sujetos de cambio, así como actores y líderes
importantes de la sociedad, que pueden generar impacto para el desarrollo. Dentro de las
prioridades centrales se encuentran, la integración de la población con el desarrollo en
condiciones justas y equitativas; enfoque especial en necesidades educativas para los
jóvenes, en temas como salud sexual y reproductiva, derechos humanos, mejoramiento de
condiciones para la participación; y se hace un llamado a la acción por parte de los
participantes ante las problemáticas imperantes de la juventud.
Posteriormente, en la Cumbre Mundial sobre Desarrollo Social (CMDS) de 1995, se
genera la Declaración de la Juventud, donde se reconoce que los derechos de los jóvenes
son parte de los derechos humanos universales; se demanda incluir las cualidades,
capacidades y aportes de los jóvenes para la construcción de los planes de desarrollo
presentes y futuros; y se insta a adoptar políticas enfocadas a reconocer, promover y
proteger los derechos y responsabilidades de los jóvenes. En ese mismo año, Naciones
Unidas a través de la resolución 50/81, estableció el Programa de Acción Mundial para los
Jóvenes, que plantea un marco de políticas públicas y directrices prácticas para la acción
nacional y el apoyo internacional para mejorar la situación de los jóvenes. También
contiene las propuestas de acción para fomentar las condiciones y los mecanismos
enfocados a mejorar el bienestar y los medios de vida de la juventud.
llamado a dirigir los destinos de la humanidad, se presentó por la Asamblea General de las
Naciones Unidas en diciembre de 1965 con la Declaración sobre el fomento entre la
juventud de los ideales de paz, respeto mutuo y comprensión entre los pueblos. Desde esta
declaración se hace un llamado a los gobiernos, a las organizaciones no gubernamentales
y a los movimientos de juventudes para que reconozcan los principios y aseguren el respeto
de los derechos de los jóvenes adoptando las medidas pertinentes. En tal virtud, en 1979,
en la Resolución 34/151, la Asamblea General designó 1985 como el Año Internacional
de la Juventud: Participación, Desarrollo, Paz, exhortando a volver la mirada a este grupo
poblacional, a los cuales alentó a tomar el rol de constructores de paz y generadores de
espacios para la convivencia pacífica.
Así mismo, durante la Conferencia de El Cairo de 1994, se presentó la Declaración de los
Jóvenes, en la cual se les reconoce como sujetos de cambio, así como actores y líderes
importantes de la sociedad, que pueden generar impacto para el desarrollo. Dentro de las
prioridades centrales se encuentran, la integración de la población con el desarrollo en
condiciones justas y equitativas; enfoque especial en necesidades educativas para los
jóvenes, en temas como salud sexual y reproductiva, derechos humanos, mejoramiento de
condiciones para la participación; y se hace un llamado a la acción por parte de los
participantes ante las problemáticas imperantes de la juventud.
Posteriormente, en la Cumbre Mundial sobre Desarrollo Social (CMDS) de 1995, se
genera la Declaración de la Juventud, donde se reconoce que los derechos de los jóvenes
son parte de los derechos humanos universales; se demanda incluir las cualidades,
capacidades y aportes de los jóvenes para la construcción de los planes de desarrollo
presentes y futuros; y se insta a adoptar políticas enfocadas a reconocer, promover y
proteger los derechos y responsabilidades de los jóvenes. En ese mismo año, Naciones
Unidas a través de la resolución 50/81, estableció el Programa de Acción Mundial para los
Jóvenes, que plantea un marco de políticas públicas y directrices prácticas para la acción
nacional y el apoyo internacional para mejorar la situación de los jóvenes. También
contiene las propuestas de acción para fomentar las condiciones y los mecanismos
enfocados a mejorar el bienestar y los medios de vida de la juventud.
Original language | Spanish (Colombia) |
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Place of Publication | Bucaramanga- Colombia. |
State | Published - Mar 2022 |
Research Areas UNAB
- Políticas Públicas y Desarrollo
- Gobernabilidad y Liderazgo Político
- Ciudadanía y Opinión Pública
Research Results
- Technical concepts