Project Details
Description
La expansión acelerada del fenómeno de las ‘fake news’ hizo necesario el desarrollo de procesos de
chequeo de la veracidad de noticias periodísticas para restablecer la credibilidad en la prensa. Pero
en la comprobación, también conocida como ‘fact checking’ inevitablemente incluye factores
subjetivos derivados del hecho de que la evaluación de la veracidad es desarrollada por los seres
humanos. El metachequeo (chequeo de los chequeos) es el método más indicado en la literatura
académica para minimizar distorsiones provocadas por la subjetividad humana.
A día de hoy dos fenómenos ganan relevancia en el campo de la observación crítica de la prensa: la
redefinición de los procesos y objetivos de los observatorios, paralelamente al crecimiento de la
omnipresencia de las ‘fake news’. Existe la posibilidad de que los observatorios de medios también
pasen a realizar un chequeo de los procesos de verificación de credibilidad de noticias, ejecutados por
medios de comunicación y grupos de investigación. En otras palabras, verificar la comprobación de
noticias.
La consolidación del proceso de digitalización y globalización de la comunicación periodística
mostró la incapacidad del periodismo convencional para atender las demandas de producción,
procesamiento y diseminación de noticias. Además de las TIC que han precipitado un desfase en el
modelo de negocios de la prensa tradicional, las redes sociales pasaron a ocupar un espacio cada vez
mayor en el flujo de circulación de informaciones en todo el mundo.
Esta doble presión sobre el periodismo está limitando la capacidad de atención empresarial a la
demanda de noticias, y por otra parte, está ampliando esta misma demanda a través de una vertiginosa
inclusión de nuevos lectores, oyentes, telespectadores e internautas. Este fenómeno obliga a que la
profesión periodística efectúe una revisión radical de sus rutinas, normas y valores. El mayor
problema, es que esta necesidad surge justo en el momento en que son cada vez mayores los
obstáculos materiales para viabilizar una reflexión sobre los rumbos de la actividad periodística en
todo el mundo.
La manera como irrumpen las redes sociales en la cotidianidad, hace que los acontecimientos
estudiados en antaño a través de los medios de comunicación, en la actualidad se analicen desde la
virtualidad. Los hechos sociales patológicos no sólo reactivan el reparto del espectro social y político.
Posibilitan la intervención de nuevos actores sociales que ahora adquieren un protagonismo destacado
en el discurso de las redes sociales. Los medios clásicos de comunicación social se convierten en
nuevos actores dentro del circuito de debate generado en la virtualidad. El monopolio del poder
informativo de antaño se reparte entre múltiples actores presentes en twitter. La discusión,
deconstrucción y construcción de la nueva realidad social adquiere nuevas lógicas inherentes a esa
virtualidad que se acaba trasladando a lo presencial.
Las empresas periodísticas apenas consiguen tiempo y recursos para buscar su supervivencia,
mientras las universidades e instituciones de investigación se enfrentan a la inercia creada por el
corporativismo y la burocracia, al mismo tiempo que sufren presiones financieras de todo tipo. En
este panorama surgen los observatorios de la prensa como instituciones independientes y herederas
de la credibilidad conquistada antes de la llegada de Internet, cuando la concentración de los medios
en pocas empresas permitía un mínimo de monitoreo crítico del material publicado. En un escenario
de crisis e incertidumbres generalizadas en el campo de la prensa, los observatorios han visto su
función valorada en la medida en que la ciudadanía pasa a depender cada vez más de un monitoreo
crítico de informaciones cada vez más numerosas, diversificadas, complejas y sesgadas.
Tanto el ejercicio cotidiano del periodismo en el ambiente digital, como la puesta en escena de los
observatorios, se vieron drásticamente afectados por la explosión del fenómeno de las noticias falsas,
responsables del agravamiento de la crisis crediticia de lo que se publica en la prensa y en el propio
ejercicio del periodismo.
Con base en textos como el publicado por la organización no gubernamental norteamericana
Ballotpedia (enciclopedia virtual de la política norteamericana /
https://ballotpedia.org/The_methodologies_of_fact-checking) y por la tesis de doctorado de Lucas
Graves ((Deciding what’s true: Fact checking journalism and the new ecology of news /
https://doi.org/10.7916/D8XG9Z7C) es posible concluir que el proceso de verificación de la
veracidad de noticias utilizado por las principales organizaciones de facturación de Estados Unidos
se apoya en datos objetivos y objetivos en elecciones con grados variables de subjetividad. Las tres
etapas más importantes del proceso de chequeo de noticias son: la selección del material a ser
verificado; los procedimientos metodológicos utilizados en el chequeo y la evaluación de los niveles
de credibilidad.
En estas tres etapas, dos de ellas, selección y evaluación incorporan un considerable volumen de
acciones marcadas por la subjetividad inmanente a cada actor o agente involucrado en el proceso. No
hacemos ningún juicio de valor sobre la subjetividad en la información, porque está presente en mayor
o menor grado en todo texto periodístico. En cualquier noticia, reportaje, fotografía; la producción
periodística es fruto de la observación de un periodista.
La International Fact Checking Network, una organización vinculada al Instituto Poynter de Estados Unidos, creó un código de principios para sus 61 asociados. El código prevé cinco compromisos del asociado: ausencia de vínculo político partidista, la transparencia de fuentes consultadas,
identificación clara de los financiadores, metodología transparente y compromiso con la corrección de eventuales errores. La red no requiere un estándar único en materia de procedimientos
metodológicos y cada asociado puede elegir el suyo.
Un análisis superficial de los procedimientos adoptados por tres organizaciones internacionales y dos nacionales de chequeo de hechos periodísticos, mostró que no hay una unanimidad en la metodología
seguida. El proyecto Fact Check, del Centro de Políticas Públicas Annenberg, de la Universidad de
Pensilvania, Estados Unidos, adopta sólo cinco etapas en el proceso de chequeo y es el que más
importancia de la preparación de los informes, que pasan por manos de cuatro revisores que analizan
desde el criterio de selección de la noticia investigada, hasta la verificación del chequeo de los hechos o datos analizados.
El sitio Lupa, pionero en ‘fact check’ en Brasil, se inspiró en el esquema argentino de chequeo de
noticias. Adopta un procedimiento metodológico formado por ocho etapas durante las cuales los
investigadores, investigan noticias de fuentes oficiales destacadas en la agenda de la prensa y que
presenten algún grado de incertidumbre. El proyecto Lupa también investiga fuentes no oficiales, el
llamado ‘debunking’, usando instrumentos desarrollados por la red Facebook, cuyo sistema
contempla nueve etapas diferentes en la verificación de informaciones vinculadas en redes sociales.
La complejidad del ejercicio del chequeo de hechos periodísticos en la prensa norteamericana llevó
el sitio de informaciones y análisis políticos Real Clear Politics, a desarrollar la única experiencia que
se aproxima a lo que se podría definir como meta de verificación. El proyecto RCP Fact Check
Review, utiliza evaluaciones de noticias producidas por seis organizaciones de verificación, de las
cuales dos muestras son elegidas para la comparación de métodos y resultados.
El Instituto Reynolds de Periodismo de la Universidad de Missouri en Estados Unidos hizo un estudio
que involucró a tres de los principales institutos de chequeo de los hechos del país, y concluyó que el
proceso de evaluación de credibilidad es más complicado y subjetivo de lo que sus investigadores
imaginaban antes de iniciar el proyecto. La principal constatación fue que los resultados sobre un
mismo dato, declaración o evento; pueden variar según el método adoptado, contrariando la
expectativa de gran parte del público que desea resultados definitivos.
Una de las formas más eficientes de reducir el índice de subjetividad en productos periodísticos, es
confrontarlos con otras percepciones diferentes. Aun así, no son capaces de generar certezas o
respuestas tipo correcto o incorrecto. Los propios institutos reconocen esta dificultad porque adoptan
un sistema intermedio entre verdad y mentira creando categorías como dudoso, incompleto,
exagerado o contradictorio.
La subjetividad inmersa en las innumerables opciones de un observador crítico de noticias, necesita
abrir un espacio de evaluación en las noticias periodísticas. Esto permite que los observatorios de
prensa puedan investigar los diferentes procedimientos metodológicos, usados por institutos y
proyectos de verificación de confiabilidad informativa. Se trata de un esfuerzo necesario ante la
diversidad creciente de proyectos de observación mundial, de la variedad de enfoques y de la
imposibilidad de establecer normas unificadas.
chequeo de la veracidad de noticias periodísticas para restablecer la credibilidad en la prensa. Pero
en la comprobación, también conocida como ‘fact checking’ inevitablemente incluye factores
subjetivos derivados del hecho de que la evaluación de la veracidad es desarrollada por los seres
humanos. El metachequeo (chequeo de los chequeos) es el método más indicado en la literatura
académica para minimizar distorsiones provocadas por la subjetividad humana.
A día de hoy dos fenómenos ganan relevancia en el campo de la observación crítica de la prensa: la
redefinición de los procesos y objetivos de los observatorios, paralelamente al crecimiento de la
omnipresencia de las ‘fake news’. Existe la posibilidad de que los observatorios de medios también
pasen a realizar un chequeo de los procesos de verificación de credibilidad de noticias, ejecutados por
medios de comunicación y grupos de investigación. En otras palabras, verificar la comprobación de
noticias.
La consolidación del proceso de digitalización y globalización de la comunicación periodística
mostró la incapacidad del periodismo convencional para atender las demandas de producción,
procesamiento y diseminación de noticias. Además de las TIC que han precipitado un desfase en el
modelo de negocios de la prensa tradicional, las redes sociales pasaron a ocupar un espacio cada vez
mayor en el flujo de circulación de informaciones en todo el mundo.
Esta doble presión sobre el periodismo está limitando la capacidad de atención empresarial a la
demanda de noticias, y por otra parte, está ampliando esta misma demanda a través de una vertiginosa
inclusión de nuevos lectores, oyentes, telespectadores e internautas. Este fenómeno obliga a que la
profesión periodística efectúe una revisión radical de sus rutinas, normas y valores. El mayor
problema, es que esta necesidad surge justo en el momento en que son cada vez mayores los
obstáculos materiales para viabilizar una reflexión sobre los rumbos de la actividad periodística en
todo el mundo.
La manera como irrumpen las redes sociales en la cotidianidad, hace que los acontecimientos
estudiados en antaño a través de los medios de comunicación, en la actualidad se analicen desde la
virtualidad. Los hechos sociales patológicos no sólo reactivan el reparto del espectro social y político.
Posibilitan la intervención de nuevos actores sociales que ahora adquieren un protagonismo destacado
en el discurso de las redes sociales. Los medios clásicos de comunicación social se convierten en
nuevos actores dentro del circuito de debate generado en la virtualidad. El monopolio del poder
informativo de antaño se reparte entre múltiples actores presentes en twitter. La discusión,
deconstrucción y construcción de la nueva realidad social adquiere nuevas lógicas inherentes a esa
virtualidad que se acaba trasladando a lo presencial.
Las empresas periodísticas apenas consiguen tiempo y recursos para buscar su supervivencia,
mientras las universidades e instituciones de investigación se enfrentan a la inercia creada por el
corporativismo y la burocracia, al mismo tiempo que sufren presiones financieras de todo tipo. En
este panorama surgen los observatorios de la prensa como instituciones independientes y herederas
de la credibilidad conquistada antes de la llegada de Internet, cuando la concentración de los medios
en pocas empresas permitía un mínimo de monitoreo crítico del material publicado. En un escenario
de crisis e incertidumbres generalizadas en el campo de la prensa, los observatorios han visto su
función valorada en la medida en que la ciudadanía pasa a depender cada vez más de un monitoreo
crítico de informaciones cada vez más numerosas, diversificadas, complejas y sesgadas.
Tanto el ejercicio cotidiano del periodismo en el ambiente digital, como la puesta en escena de los
observatorios, se vieron drásticamente afectados por la explosión del fenómeno de las noticias falsas,
responsables del agravamiento de la crisis crediticia de lo que se publica en la prensa y en el propio
ejercicio del periodismo.
Con base en textos como el publicado por la organización no gubernamental norteamericana
Ballotpedia (enciclopedia virtual de la política norteamericana /
https://ballotpedia.org/The_methodologies_of_fact-checking) y por la tesis de doctorado de Lucas
Graves ((Deciding what’s true: Fact checking journalism and the new ecology of news /
https://doi.org/10.7916/D8XG9Z7C) es posible concluir que el proceso de verificación de la
veracidad de noticias utilizado por las principales organizaciones de facturación de Estados Unidos
se apoya en datos objetivos y objetivos en elecciones con grados variables de subjetividad. Las tres
etapas más importantes del proceso de chequeo de noticias son: la selección del material a ser
verificado; los procedimientos metodológicos utilizados en el chequeo y la evaluación de los niveles
de credibilidad.
En estas tres etapas, dos de ellas, selección y evaluación incorporan un considerable volumen de
acciones marcadas por la subjetividad inmanente a cada actor o agente involucrado en el proceso. No
hacemos ningún juicio de valor sobre la subjetividad en la información, porque está presente en mayor
o menor grado en todo texto periodístico. En cualquier noticia, reportaje, fotografía; la producción
periodística es fruto de la observación de un periodista.
La International Fact Checking Network, una organización vinculada al Instituto Poynter de Estados Unidos, creó un código de principios para sus 61 asociados. El código prevé cinco compromisos del asociado: ausencia de vínculo político partidista, la transparencia de fuentes consultadas,
identificación clara de los financiadores, metodología transparente y compromiso con la corrección de eventuales errores. La red no requiere un estándar único en materia de procedimientos
metodológicos y cada asociado puede elegir el suyo.
Un análisis superficial de los procedimientos adoptados por tres organizaciones internacionales y dos nacionales de chequeo de hechos periodísticos, mostró que no hay una unanimidad en la metodología
seguida. El proyecto Fact Check, del Centro de Políticas Públicas Annenberg, de la Universidad de
Pensilvania, Estados Unidos, adopta sólo cinco etapas en el proceso de chequeo y es el que más
importancia de la preparación de los informes, que pasan por manos de cuatro revisores que analizan
desde el criterio de selección de la noticia investigada, hasta la verificación del chequeo de los hechos o datos analizados.
El sitio Lupa, pionero en ‘fact check’ en Brasil, se inspiró en el esquema argentino de chequeo de
noticias. Adopta un procedimiento metodológico formado por ocho etapas durante las cuales los
investigadores, investigan noticias de fuentes oficiales destacadas en la agenda de la prensa y que
presenten algún grado de incertidumbre. El proyecto Lupa también investiga fuentes no oficiales, el
llamado ‘debunking’, usando instrumentos desarrollados por la red Facebook, cuyo sistema
contempla nueve etapas diferentes en la verificación de informaciones vinculadas en redes sociales.
La complejidad del ejercicio del chequeo de hechos periodísticos en la prensa norteamericana llevó
el sitio de informaciones y análisis políticos Real Clear Politics, a desarrollar la única experiencia que
se aproxima a lo que se podría definir como meta de verificación. El proyecto RCP Fact Check
Review, utiliza evaluaciones de noticias producidas por seis organizaciones de verificación, de las
cuales dos muestras son elegidas para la comparación de métodos y resultados.
El Instituto Reynolds de Periodismo de la Universidad de Missouri en Estados Unidos hizo un estudio
que involucró a tres de los principales institutos de chequeo de los hechos del país, y concluyó que el
proceso de evaluación de credibilidad es más complicado y subjetivo de lo que sus investigadores
imaginaban antes de iniciar el proyecto. La principal constatación fue que los resultados sobre un
mismo dato, declaración o evento; pueden variar según el método adoptado, contrariando la
expectativa de gran parte del público que desea resultados definitivos.
Una de las formas más eficientes de reducir el índice de subjetividad en productos periodísticos, es
confrontarlos con otras percepciones diferentes. Aun así, no son capaces de generar certezas o
respuestas tipo correcto o incorrecto. Los propios institutos reconocen esta dificultad porque adoptan
un sistema intermedio entre verdad y mentira creando categorías como dudoso, incompleto,
exagerado o contradictorio.
La subjetividad inmersa en las innumerables opciones de un observador crítico de noticias, necesita
abrir un espacio de evaluación en las noticias periodísticas. Esto permite que los observatorios de
prensa puedan investigar los diferentes procedimientos metodológicos, usados por institutos y
proyectos de verificación de confiabilidad informativa. Se trata de un esfuerzo necesario ante la
diversidad creciente de proyectos de observación mundial, de la variedad de enfoques y de la
imposibilidad de establecer normas unificadas.
General Objective
Construir un modelo marco de monitoreo de medios, a partir del análisis realizado en una muestra de
sistemas de verificación de credibilidad de noticias, publicadas en la prensa regional de Colombia y
Brasil.
sistemas de verificación de credibilidad de noticias, publicadas en la prensa regional de Colombia y
Brasil.
Specific Objectives
- Organizar una muestra de tres proyectos de verificación de credibilidad en cada uno de los
países participantes en la investigación. Universidad Autónoma de Bucaramanga (Colombia) y la Universidad Federal de Santa Catarina (Brasil).
- Recoger y registrar en un banco de datos todos los informes producidos por las organizaciones seleccionadas en el proyecto.
- Categorizar los datos recogidos y codificados en el objetivo anterior.
- Aplicación y validación del formato construido para el ‘metachequeo’ de medios.
- Evaluación de los resultados por parte de un grupo de expertos y construcción del informe
final de trabajo.
países participantes en la investigación. Universidad Autónoma de Bucaramanga (Colombia) y la Universidad Federal de Santa Catarina (Brasil).
- Recoger y registrar en un banco de datos todos los informes producidos por las organizaciones seleccionadas en el proyecto.
- Categorizar los datos recogidos y codificados en el objetivo anterior.
- Aplicación y validación del formato construido para el ‘metachequeo’ de medios.
- Evaluación de los resultados por parte de un grupo de expertos y construcción del informe
final de trabajo.
Status | Finished |
---|---|
Effective start/end date | 1/08/19 → 22/02/23 |
UN Sustainable Development Goals
In 2015, UN member states agreed to 17 global Sustainable Development Goals (SDGs) to end poverty, protect the planet and ensure prosperity for all. This project contributes towards the following SDG(s):
Research Areas UNAB
- Cultura Digital
Status
- Finished
Socioeconomic Objective
- Culture, leisure, religion and media.