Es “patiamarilla”, como se le dice a quienes nacen en el municipio de Barichara en Santander, un término que se les atribuye por los nativos que permanecían con los pies descalzos sobre la tierra que tiene un característico color entre amarillo y rojizo.
Es la segunda de cuatro hermanas de la familia conformada por un agrónomo y una cajera del Banco Caja Agraria. Se graduó de bachiller del Colegio Custodio García Rovira del municipio de Málaga. Quería estudiar Psicología y se fue a vivir a Bogotá para hacer realidad ese sueño en la Universidad Católica.
Estando en la capital del país, compartía apartamento con una joven que estudiaba psicología y ahí se dio cuenta que no era lo que se imaginaba. “Ella era lindísima y por la noche se ponía unas gafas super gordas y duraba días enteros leyendo documentos y yo dije no, no es lo mío”, recordó Maritza Liliana Calderón Benavides, docente titular de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Autónoma de Bucaramanga (UNAB).
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